MELCHOR : Bello lugar es Madrid. ¡Qué agradable confusión ! VENTURA : No lo era menos León. MELCHOR : ¿Cuándo ? VENTURA : En los tiempos del Cid. Ya todo lo nuevo aplace a toda Espana se lleva tras sí. MELCHOR : Su buen gusto aprueba quien de ella se satisface. ¡Bizarras casas ! VENTURA : Retozan los ojos del más galán ; que en Madrid, sin ser Jordán, las mas viejas se remozan. Casa hay aquí, si se alina y el dinero la trabuca, que anocheciendo caduca, sale a la manana nina. Pícaro entra aquí mas roto que tostador de castanas, que fïado en las hazanas del dinero, su piloto, le muda la ropería donde hijo pródigo vino en un conde palatino, tan presto que es tropelía. Dama hay aquí, si reparas en gracias del solimán, a quien en un hora dan sus salserillas diez caras. Como se vive de prisa no te has de espantar si vieres metamorfosear mujeres, casas y ropas. MELCHOR : A misa vamos, y déjate de eso.