Blandos marinistas de salón, que sobresalís en los "cuatro toques" figurando una lancha con las velas desplegadas, o un vuelo de gaviotas de blanco de zinc sobre un firmamento de cobalto ; y vosotros, platónicos aficionados al deporte náutico, los que pretendéis coger truchas a bragas enjutas... , no contempléis el borrón que voy a trazar, porque de antemano os anuncio que huele a marea viva y a yodo, como las recias "cintas" y los gruesos "marmilos" de la costa cántabra. ¿Dónde nació la Camarona ? En el mar, lo mismo que Anfítrite... , pero no de sus cándidas espumas, como la diosa griega, sino de su agua verdosa y su arena rubia. La pareja de pescadores que trajo al mundo a la Camarona habitaba una casuca fundada sobre penascos, y en las noches de invierno el oleaje subía a salpicar e impregnar de salitre la madera de su desvencijada cancilla. Un día, en la playa, mientras ayudaba a sacar el cedazo, la esposa sintió dolores ; era imprudencia que tan adelantada en meses se pusiera a jalar del arte ; pero, ¡qué quieren ustedes ! , esas delicadezas son buenas para las senoronas, o para las mujeres de los tenderos, que se pasan todo el día varadas en una silla, y así echan mantecas y parecen urcas. La pescadora, sin tiempo a más, allí mismo, en el arenal, entre sardinas y cangrejos, salió de su apuro, y vino al mundo una nina como una flor, a quién su padre lavó acto continuo en la charca grande, envolviéndola en un cacho de vela vieja. Pocos días