TESEO. -No está lejos, hermosa Hipólita, la hora de nuestras nupcias, y dentro de cuatro felices días principiará la luna nueva ; pero ¡ah ! , ¡con cuánta lentitud se desvanece la anterior ! Provoca mi impaciencia como una suegra o una tía que no acaba de morirse nunca y va consumiendo las rentas del heredero. HIPÓLITA. -Pronto declinarán cuatro días en cuatro noches, y cuatro noches harán pasar rápidamente en suenos el tiempo ; y entonces la luna, que parece en el cielo un arco encorvado, verá la noche de nuestras solemnidades. TESEO. -Ve, Filóstrato, a poner en movimiento la juventud ateniense y prepararla para las diversiones : despierta el espíritu vivaz y oportuno de la alegría y quede la tristeza relegada a los funerales. Esa pálida companera no conviene a nuestras fiestas. (Sale FILÓSTRATO.) Hipólita, gané tu corazón con mi espada, causándote sufrimientos ; pero me desposaré contigo de otra manera : en la pompa, el triunfo y los placeres.