PRINCIPIOSSólo hemos adquirido con éxito el arte de vivir una vida cristiana, cuando hemos aprendido a aplicar los principios de la verdadera religión,... > Lire la suite
PRINCIPIOSSólo hemos adquirido con éxito el arte de vivir una vida cristiana, cuando hemos aprendido a aplicar los principios de la verdadera religión, y a disfrutar de su ayuda y consuelo en nuestra vida diaria. Es fácil participar en ejercicios devocionales, citar promesas bíblicas, exaltar la belleza de las Escrituras; pero hay muchos que hacen estas cosas, cuya religión les falla completamente en los mismos lugares y en los mismos momentos en que debería ser su bastón y su apoyo. Todos nosotros debemos salir de los dulces servicios del domingo, y entrar en una semana de vida muy real y muy común. Debemos mezclarnos con personas que no son ángeles. Debemos pasar por experiencias que, naturalmente, nos preocuparán y nos irritarán. Los que nos rodean, ya sea a sabiendas o no, nos molestan y nos ponen a prueba. Debemos mezclarnos con aquellos que no aman a Cristo. Todos encontramos muchos problemas y preocupaciones en la vida ordinaria de la semana. Hay continuas irritaciones y molestias. El problema es vivir una hermosa vida cristiana frente a todos estos obstáculos. ¿Cómo podemos atravesar las zarzas que crecen a lo largo de nuestro camino, sin que nos desgarren las manos y los pies? ¿Cómo podemos vivir con dulzura en medio de las cosas molestas e irritantes y de la multitud de pequeñas preocupaciones e inquietudes que infestan nuestro camino y que no podemos eludir?No es suficiente con "llevarse bien" de cualquier manera, arrastrarse hasta el final de cada largo y agotador día, feliz cuando llega la noche para poner fin a la lucha. La vida debe ser una alegría y no una carga. Deberíamos vivir victoriosamente, siendo siempre dueños de nuestras experiencias, y no zarandeados por ellas como una hoja en las olas. Todo cristiano serio quiere vivir una vida verdaderamente hermosa, sean cuales sean las circunstancias.