El primero de estos pasajes identifica sorprendentemente al Maestro y a los siervos: nuestro Señor y sus testigos. Debían sufrir como Él sufrió y... > Lire la suite
El primero de estos pasajes identifica sorprendentemente al Maestro y a los siervos: nuestro Señor y sus testigos. Debían sufrir como Él sufrió y donde Él sufrió: uno con Él en la Cruz, en la tumba, en la resurrección, en la ascensión y en el trono. Las palabras "donde también fue crucificado nuestro Señor" tienen una fuerza extrañamente solemne. Es la última referencia a la Cruz de Cristo en la Biblia, y se corresponde bien con esa expresión frecuente en el Apocalipsis, "el Cordero inmolado"; llevándonos de vuelta a "la semilla de la mujer" y "el talón magullado".