Matas a tu hijo, aplastas sus frágiles huesos con tus propias manos. Tus guerras, intercambian vidas como monedas por líneas en mapas, por poder, por... > Lire la suite
Matas a tu hijo, aplastas sus frágiles huesos con tus propias manos. Tus guerras, intercambian vidas como monedas por líneas en mapas, por poder, por dinero, pintando el mundo en tonos de tristeza. Tus susurros encienden fuegos, queman hogares y esperanzas por igual, quemando el futuro. Esclavizas a quienes debes proteger, encadenando la libertad con manos de hierro, indiferentes a las lágrimas de tus esclavos, por una taza de miel. Luchas contra aquellos que sólo quieren amar porque desprecias el color de sus ojos. Te sientas en un trono de mentiras, cortando el tejido de la confianza, ciego al abismo que has creado. Podrías bailar con mariposas bajo el sol de la mañana, volar sobre mares, tierras y ríos azules, jugar con pájaros y abejas. Saborea su miel, su alegría. En lugar de eso, eliges las sombras, caldos de cultivo de miedo y traición, donde el aire está denso con los gritos de los perdidos y destrozados.