Estas dos gracias, la fe y la esperanza, son tan parecidas que se han tomado la una por la otra. Hay una afinidad tan cercana entre ellas que, como dijo... > Lire la suite
Estas dos gracias, la fe y la esperanza, son tan parecidas que se han tomado la una por la otra. Hay una afinidad tan cercana entre ellas que, como dijo Lutero, es difícil encontrar una diferencia. Pero, aunque están colocadas cerca, como las dos alas de los querubines en el propiciatorio, no son lo mismo. En efecto, en algunas cosas la fe y la esperanza coinciden. Ambas se alimentan de la promesa; ambas ayudan a sostener el alma en las dificultades. La fe y la esperanza son como dos globos colocados debajo del cristiano, que le impiden hundirse en las aguas de la aflicción. Ambas gracias, como el agua medicinal, reconfortan al alma que desfallece. Hay alegría en la creencia; alegría en la esperanza