Esta obra era demasiado elevada para mí; y, como ahora está hecha por una mano tan débil, es demasiado baja para que la vean tantos ojos juiciosos.... > Lire la suite
Esta obra era demasiado elevada para mí; y, como ahora está hecha por una mano tan débil, es demasiado baja para que la vean tantos ojos juiciosos. Sin embargo, de acuerdo con tu mandato, he publicado estas notas, que humildemente te presento. Una vez estuvieron en vuestro oído, ahora están en vuestro ojo, y que el Señor las guarde siempre en vuestros corazones. Salomón nos manda "comprar la verdad", pero no nos dice lo que debe costar, porque debemos conseguirla, aunque sea muy cara. Debemos amarla, tanto si brilla como si arde. El deseo de mi alma es que traten así las verdades que aquí se les presentan con toda humildad. Oh, que todos seamos hacedores de la palabra, y no sólo oidores, para que no engañemos a nuestras propias almas. Cuando me puse a vigilar para ver lo que el Señor me diría, para poder hablarles una palabra a tiempo, es decir, con la debida concurrencia y observación de todas las circunstancias, de tiempo, lugar, personas, etc., me dirigió a hacer este descubrimiento del progreso de los corazones rectos en los caminos de Dios, a pesar de todas las aflicciones, etc, lo cual me da la esperanza de que Dios se propuso enviar a vuestros corazones alguna luz e influencia de esta verdad, para alentar y mantener vuestros espíritus contra toda la oposición que podáis encontrar en la causa de Dios y del reino, y para mantener vuestro celo y avance en ella, para que la justicia y el juicio corran como las aguas, y la rectitud como una poderosa corriente.