¡Buenas Nuevas! ¿A quién no le gusta oír o leer buenas noticias? Hay en todos nosotros una disposición a hacerlo, y Dios se aprovecha de esto, y llama a su último, su mejor mensaje al hombre, Buenas Nuevas - que es el significado literal de la palabra Evangelio. Es la buena nueva de un Salvador - de un Salvador para los pecadores - para los pecadores tal como son, con todos sus pecados. Este Salvador es el Hijo de Dios, capaz de salvar a cualquiera; y dispuesto a salvar a todos los que estén dispuestos a ser salvados por él.
Este Salvador, salva libremente, salva perfectamente, y salva con placer - a todos los que vienen a ser salvados por él. Es su deleite salvar. Es su mayor obra salvar, y la obra en la que tiene el mayor placer. Ahora bien, como mi librito está lleno de Cristo, me he tomado la libertad de llamarlo Buenas Nuevas. Y como contiene algo adecuado para todas las personas y todos los casos, lo llamo "Buenas Nuevas para todos".
Me he esforzado por recomendar a mi Señor y Salvador, y sólo lamento no haber podido escribir de su amor, poder y gracia con un tono más elevado y de una manera más apropiada. Puedo asegurar a mi lector, que si va a Jesús por sí mismo, y se familiariza experimentalmente con él, dirá, después de todo lo que he escrito en mi libro, "¡La mitad no me fue dicha!" ¡La mitad! No, ¡ni la milésima parte! Jesús es la gran maravilla del universo.
Él es inigualable. Después de todo lo que Dios ha hecho en el Cielo y en la tierra, nos sentimos justificados al decir, "Dios, en la persona de su Hijo, ha superado todas sus obras más poderosas". Lector, ruego al Espíritu Santo que utilice mi libro para revelar a Jesús a tu alma. Si nunca has visto su gloria, te llenarás de sorpresa y asombro, y nunca descansarás hasta que hayas probado el mérito de su sangre y puedas llamarlo tu Salvador.
Si ya lo conoces, que el Espíritu Santo te lo revele más plena y claramente; y si lo hace, lo amarás, lo adorarás y te regocijarás en él más que nunca. Señor bondadoso, toma este pequeño trabajo, como la ofrenda de un niño agradecido, y úsalo para honrar a Jesús, para beneficiar a tu pueblo creyente, y para salvar almas de la muerte. Señor, salva almas, salva almas, por este débil instrumento, para gloria de tu gracia libre y soberana.
Amén.