Alrededor de veinte minutos después de comenzar el vuelo, Ray se dio cuenta de que algo iba mal. Al principio, pensó que tenía un problema técnico.... > Lire la suite
Alrededor de veinte minutos después de comenzar el vuelo, Ray se dio cuenta de que algo iba mal. Al principio, pensó que tenía un problema técnico. Sin embargo, solo le llevó unos segundos darse cuenta de que el problema no era causado por el avión, el clima ni ningún elemento externo. Parecía tener algún tipo de problema de salud. Pero no podía nombrarlo. Esto era diferente a todo lo que había experimentado antes. Primero, sintió una sensación inexplicable en su columna vertebral, subiendo hacia el cóccix. Luego, un calor intenso e imparable se extendió por todo su cuerpo. Puso sus manos regordetas en su pecho, tratando de desabrocharse la camisa. Sus ojos brillaron con preocupación. Instintivamente, buscó agua a su alrededor. Encontró. Al mismo tiempo, mirando su brazo, notó horrorizado que su piel se había vuelto roja y sus venas hinchadas comenzaban a fluir como ríos de fuego justo debajo de la superficie de su piel. Su respiración se aceleró desesperadamente. La cabina se había vuelto increíblemente caliente. Entonces sucedió. Ray Fisher empezó a arder gritando, sin ningún objeto como fósforos o ninguna sustancia inflamable como gasolina alrededor. Solo unos minutos después, el adinerado empresario quedó reducido a un puñado de cenizas.